domingo, 13 de enero de 2013

LA FAMILIA

Voy a reciclar/adaptar lo que escribí hace años sobre lo importante que es la familia en mis películas (lo escribí sobre "Buenas noches, dijo la Señorita Pájaro", pero es totalmente válido para "La mujer que hablaba con los muertos"):

Como decían los míticos "Siniestro Total": La familia es la célula de la sociedad moderna, aunque sea cancerígena desde la Edad de Piedra.

Y es que me he dado cuenta de que todas mis películas, en cierta manera, se inscriben dentro de un marco familiar. Relaciones paterno filiales, entre hermanos o maritales son un magnífico caldo de cultivo para situaciones terroríficas. 
Es curioso: puedes pasar muchísimos años conviviendo con tus padres o hermanos y, de pronto, un día te das cuenta de que a penas los conoces... y que ellos a penas te conocen a ti. Porque en la vida puedes escoger (en mayor o menor medida) a las personas con las que vas a pasar tu tiempo: amigos e, incluso, compañeros de trabajo... Pero la familia es OBLIGATORIA.

El choque, casi siempre, es inevitable.

Y es que la familia es una cosa extraña: cuando naces, te encuentras rodeado por un grupo de personas totalmente desconocidas y te obligan a convivir con ellos. Hay muchas posibilidades de que esa gente no te caiga bien.

En estas circunstancias de conflicto constante y desconfianza, si añades algún elemento externo (peligroso y/o sobrenatural, como un asesino en serie, zombies, monstruos o fantasmas), el terror puede crecer como un tumor con ganas de metastizarse. La famila puede ser el origen o el objetivo de las fuerzas del mal, pero el ambiente familiar hará que las situaciones extremas nos resulten más cercanas... Porque, de un modo u otro, todos tenemos familia. 



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